El patrimonio arquitectónico de los tucumanos, la mayoría de las veces, se ve “dañado” por las desgraciadas intervenciones que recibe. Lo grave es que las decisiones sobre esas malas prácticas proceden de oficinas técnicas gubernamentales que tienen el deber de protegerlo y revalorizarlo. Es el caso de la ejecución de los muros de soporte de las rejas del Colegio Nacional. Se están levantando sin la consideración de cuestiones básicas de la arquitectura educacional de valor patrimonial, como su escala, en relación al entorno y a la del edificio en sí, y a sus características arquitectónicas -perceptivas, funcionales, estéticas y técnicas-, cuestiones fundamentales para conservar su valor histórico arquitectónico. ¿Podrán ser más respetuosos con nuestro acervo cultural? ¿Alguna vez se podrán hacer obras con el asesoramiento adecuado e idóneo? Recursos humanos para ello, hay.

María Florencia Murillo Dasso 

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